El Padre Marko Rupnik es el autor del logo del Año Jubilar de la Misericordia. Siguiendo este enlace encontrarás unos detalles hermosos escondidos en la simbología y diseño. Uno muy hermoso, repetido en varias de sus figuras y obras, es que los dos ojos de los personajes se unen en uno solo, ven las cosas desde la misma perspectiva, los hijos de Dios vemos el mundo, la Creación a través del iris de la Misericordia del Padre, Jesucristo nuestro Salvador.
En contraste con la inmisericordia que ha mostrado el cardenal Juan José Omella en el trato que ha dispensado al sacerdote Miguel Ángel Barco y que he analizado con mi equipo en estas Entradas del Blog, en la clausura de las Jornadas de la Asociación Española de Canonistas de 2019 el cardenal señaló que él no había estudiado, aunque se lo sugirieron, Derecho Canónico porque prefería el trabajo pastoral. Algunas de sus mejores frases en esa intervención contradicen in terminis su contundencia e impersonal trato despiadado al sacerdote Barco. Dijo Omella en su discurso, como informaba la revista Vida Nueva:
Evangelizamos cuando aplicarnos el derecho al estilo de Jesús de Nazaret, porque a veces tenemos la tentación de pensar que tenemos la razón de todo. Y Jesús no aplicaba así las normas, el “se hace así porque soy el obispo o el párroco”. No, Jesús aplicaba humanidad y misericordia a la norma, sin rebajar el listón de la exigencia, pero con mucho cariño. Y ahí está el arte de hacerlo, que lo tiene el papa Francisco cuando aplica ese talante de pastor, que aunque no esté de acuerdo, no te acusa y te quiere. Es lo de Jesús, ‘vete y no peques más. Nadie te ha condenado. Yo tampoco’.
Dio también Omella unos apuntes personales de pastor para una buena praxis:
El derecho es para el hombre y no el hombre para el derecho; hay que dedicar tiempo a la escucha, hay que dejar hablar a la gente; recuerda que Jesús es nuestro mejor abogado, míralo y pregunta qué haría él en el caso que te ocupa; trabaja para que no se corrompa el sujeto; ponte en el lugar de la persona que tienes delante: acompáñala y trátala como te gustaría que hicieran contigo; la misericordia no es el “todo vale”, di la verdad, que libera, pero con amor; que tu despacho no sea nunca una sala de tortura, porque el canonista está llamado a apoyar la norma no desde la frialdad, sino desde la cercanía; un abogado y juez y un derecho que no sirven al ser humano, no sirven para nada…
Omella y su discurso contradictorio
El ahora cardenal Omella no pierde su sentido del humor, y manifiesta (puedes seguir aquí el vínculo a Diario de Alto Aragón) a quien quiere escucharle:
A los periodistas os gusta jugar a quinielas y no acertáis casi nunca. Es como la lotería, está bien jugar pero casi nunca toca, por lo menos a mí. Los cardenales que estamos en la Congregación para los obispos ayudamos pero nada más.
En cambio, es "optimista", comenta Omella de sí mismo, aquí una muestra, respecto a las más de 111 obras de arte que reclama el Obispado de Barbastro-Monzón al de Lérida y en su opinión
en la Iglesia no hay que perder la esperanza.
También, ante la confrontación política en Cataluña, donde la Iglesia es uno de los principales agentes desestabilizadores porque divide no solo a ciudadanos sino a ciudadanos creyentes, anima (puedes leer enlazadas aquí sus palabras en La Vanguardia) el arzobispo de Barcelona a “trabajar en el bien común y la no confrontación”.
Ante su nombramiento como cardenal que se materializó en el consistorio de 27 de junio de 2017, Omella se mostró sorprendido. No puede entenderse esto puesto que una vez llegó a Barcelona como arzobispo en noviembre de 2016, sería creado cardenal como parte del protocolo. Tanto sorprende esta sorpresa de Omella que choca con las muchas voces que desde el Vaticano y desde el mundo decían que el consistorio de tan pocos cardenales y de países tan distintos se había preparado especialmente para él. El portal conservador Religión Confidencial destacaba que el saludo introductorio en nombre de los purpurados que se realiza antes de la ceremonia corrió a cargo del arzobispo de Barcelona, y no del cardenal Zerbo, primero en el orden de protocolo. Omella destacó en nombre de los cardenales que
no queremos ser una Iglesia autorreferencial; queremos ser una Iglesia peregrina por las calles del mundo buscando a todos, impregnando en su corazón el bálsamo de la alegría y de la paz y secando las lágrimas de muchos.
Se aplaudieron sus palabras de pastor que huele a oveja. Sin embargo, detrás de esta careta falsaria se esconde un corazón calculador y superficial.
En la siguiente Entrada mostraré cómo la persecución de Barco por parte del Vaticano comenzó al ir él a presentar sus respetos al cardenal Omella al residir temporalmente en Barcelona, procedente de la diócesis de Alcalá. Casi de inmediato, estando recién operado por tercera vez de un tercer cáncer Miguel Ángel Barco, la reacción de Omella fue mover la maquinaria vaticana de la corrupción más negra para aplastarle literalmente. Nunca, me cuenta personalmente el sacerdote Barco, se interesó después de esa reunión Omella por la convalecencia y recuperación de esa operación de cáncer.
Entrevistando al sacerdote Miguel Ángel Barco, este me dijo,
Fui a visitar a Omella por cortesía en mi convalecencia el 26 de septiembre de 2016, y Stella escribió a Reig el 13 de octubre para decirle que queda relegado de mi tutela. Y el 12 de noviembre para decirle que tramitarán mi caso a través de Omella. Desde mi visita a Omella el 26 de septiembre hasta la comunicación de Stella a Reig el 12 de noviembre pasan 45 días.
Pocas semanas después recibió la acusación de Roma y la comunicación de que si no se defiende de ella será secularizado, aunque fue secularizado a pesar de aportar pruebas definitivas exculpatorias. Estaba sentenciado de antemano.
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