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ABUSOS EN LOS MARISTAS DE MATARÓ (I) ¿NO INTERESAN A NADIE? TERRITORIO OMELLA

Actualizado: 20 feb 2023


"LA MASACRE DE LOS INOCENTES", DE RUBENS. EN TORONTO

“Hay malvados que serían menos peligrosos si no tuviesen ninguna bondad.”
FRANÇOIS DE LA ROCHEFOUCAULD

El caso de abusos sexuales de los maristas en Mataró no parece haber salido a la palestra de la opinión pública. ¿Tiene obligación la Fundación Champagnat de sacar a relucir el tema después de la conversación de su presidente con el periodista Jordi Picazo, miembro de este equipo, hace ya unos años? Se habló con el presidente, quedó constancia, y se comunicó a Jordi Picazo que el hermano Conde ya había fallecido. Eso fue todo. Allí acabó para ellos su responsabilidad, o eso puede parecer.

Estamos plenamente convencidos que exigir explicaciones es profundamente sanador para las personas y es de justicia y exigencia de la caridad.

En este contexto transcurría hace unas semanas la siguiente conversación de Jordi Picazo en Mataró con una de las quasi-víctimas del hermano Conde en la década de los 70 en el colegio Valldemía.

Buena lectura.

MT

Copyright @2022 JACQUES PINTOR Cualquier cita de este artículo debe hacer referencia directa a esta entrada, a este Blog y al autor Jacques Pintor. Para aportar información escribir a jacquespintor@gmail.com Twitter @jacquesplease.

1- CONVERSACIÓN RECIENTE DEL PERIODISTA JORDI PICAZO CON UNA VÍCTIMA DE MATARÓ

Lo que sigue es una conversación reciente de pocas semanas atrás entre Jordi Picazo y una de las víctimas de abusos en el colegio de los Maristas de Mataró, en España. Continuará, y ofreceremos más detalles del contacto en ese momento años atrás con la Fundación Champagnat.


-Está claro que yo hablo de mi clase, de mis compañeros. Esto, a nuestra edad... no teníamos la idea de la gravedad que esto suponía. Lo que tenías era pánico. Yo recuerdo que el hermano Conde, sobre todo en la clase de Manualidades entraba aprovechando que los chavales estaban trabajando en diversas cosas y te venía por detrás y empezaba a tocarte

JORDI PICAZO. -Fíjate que yo me escapé de esto siendo de solamente un curso o dos por detrás en esos momentos que me estás relatando. A mí me pasaba algo con un hermano marista que se llamaba Luis. No eran abusos sexuales, eran abusos psicológicos. Se lo conté a mi madre. Cada vez que me veía llegar al colegio el sábado -en aquellos tiempos los sábados por la mañana todavía íbamos al colegio, te acordarás- me llamaba y me ponía de cara a la pared en pleno patio, se iba y allí me dejaba mientras mis compañeros jugaban. Una vez me escogió en clase para apuntar en la pizarra a los que se portaban mal o hablaban, pero me dijo que cada tres nombres apuntara el mío. A todos nosotros nos castigaría después de la clase.

Me acuerdo también de los golpes con una vara de madera, corta, cilíndrica que usaba el hermano Garmendia, director en esa época -te estoy hablando de aproximadamente el año 69 o 70- para señalar en la pizarra las letras o números que estudiábamos: para castigarnos cuando hablábamos o por otros motivos que ahora no recuerdo, nos hacía juntar los dedos de la mano apuntándolos hacia arriba y descargaba un latigazo con la vara sobre las puntas de los dedos. Era muy difícil por reflejos no abrir la mano antes del impacto, lógicamente el impacto causaba mucho menos dolor, pero entonces volvía a repetir el castigo. Recuerdo golpes en las piernas desnudas -era época de pantalones cortos- cuando escribíamos en la pizarra por indicación del profesor y nos equivocábamos. Uno de los profesores acostumbraba a darnos con la regla larga de madera en las piernas. Al hermano Ignacio Garmendia lo vi coger de los cabellos a un compañero (tendríamos unos 7 u ocho años) y zarandearle fuerte reduciéndolo al suelo, y una vez en el suelo, sin soltarlo, seguir zarandeándolo con los cabellos agarrados.


-La estrategia del hermano Conde, cada día, porque él sabía los días que mi clase tenía gimnasia a primera hora de la tarde, era castigar a alguno de nosotros. Lo castigaba de plantón a primera hora, cuando llegábamos a las tres de la tarde. “Tú en lugar de gimnasia te quedarás de plantón”. Te dejaba un rato allí y después, mientras los demás seguíamos en clase de gimnasia se llevaba al compañero a su habitación o a la enfermería. Una vez que me llevó a mí fue cuando le di un rodillazo en los huevos y lo dejé ahí, y me marché. Y luego el director me llamó para hablar conmigo.

-Quién era el director, ¿Garmendia?


-Escudero.

-Escudero.


-Allí quería expulsarme, y yo le dije "mire, ¿usted, usted sabe?" -y yo era jovencito, 14 años aproximadamente- "¿Usted sabe lo que ha hecho el Hermano Conde?" Recuerdo nombres de chavales… ¡Claro que, había quien se dejaba!

-Porque, ¿deberían de quedar paralizados?


- Y tenía sus favoritos. Recuerdo a Fulanito, que era de xxx . Había varios, el amigo Menganito que después fue director general de xxx. También estoy pensando en otro compañero, con el que conservé la amistad, Zutanito, profesor en el colegio xxx.

- Nos podemos cuestionar por qué hablar de esto ahora. Ya habíamos hablado tú y yo de esto hará unos años…


-Cuál es la finalidad en este momento.

- Algo ha cambiado en la mesa de juego, y es la existencia del bufete Cremades-Calvo Sotelo. Tiene sentido aportar este caso. Con el propósito de que no deje de figurar y que no caiga en el vacío del "si no se habla de ello no ha ocurrido… no ha existido el dolor que se causó".

Si Cremades está haciendo una recopilación que tiene vocación de ser completa y rigurosa, se le exige que sea completa -aunque le atacan de todos los frentes, desde el gobierno con Gabilondo, los anti Opus también- es el momento. Sin obviar que muchas víctimas pensarán que “hombre, nosotros tenemos que estar en el inventario”. Además, Cremades ofreció a Manuela Carmena participar en la investigación como miembro plenipotenciario al igual que a Pedrojota, y Carmena poco menos que despreció el empeño de realizar a fondo ese cometido. Cosa que me parece muy ruin. Básicamente vino a sugerir Carmena que no le interesaba ensuciarse con gente que tal vez había sido los causantes del drama.

Esa es la finalidad. Que las víctimas en Mataró estén en el inventario. Continuará


2- LAS CAMBIANTES HERMENÉUTICAS EN EL ÁMBITO DE LOS ABUSOS SEXUALES EN LA IGLESIA CATÓLICA

Las hermenéuticas cambian. Hoy hay obispos condenados por la justicia civil o eclesiástica porque hace 50 años actuaron según las normas. Ha habido algunos obispos que enfrentados con casos de abusos sexuales probados o no probados de sacerdotes a su cargo fueron cambiando de lugar de misión a esos sacerdotes. Eso acordaríamos que puede estar mal bajo ciertas circunstancias, aunque no en todas.

Yo soy un cura que he abusado de un menor y tú eres mi obispo ordinario. Me envías a otro lado pero me obligas a visitar un psiquiatra cada semana, sine die. Te preocupas por mí, te reúnes conmigo regularmente, me ayudas. Procuras que estén bien atendidas mis necesidades personales, emocionales, laborales. Esta es una actuación buena. Siempre que se haya cuidado el lado de la víctima en primer lugar: resarcimiento, sanación, perdón, diálogo. Ahora sin embargo la hermenéutica de la Iglesia Católica dicta que hay que denunciarlo a la justicia civil. Anteriormente no era así.

Consideremos ahora cuántos reos de violación condenados a lustros de cárcel salen por una decisión judicial al cabo de unos pocos años y reinciden. Y se sabe que reincidirán, porque las estadísticas en este campo no mienten. ¿Debe la sociedad condenarlos para siempre a pudrirse en una cárcel? Parecería que no. Lo que sí que es cierto es que necesitarán una ayuda para siempre, como un paciente de diabetes melitus tipo dos tiene que tomar pastillas cada día, medirse los niveles de azúcar en sangre regularmente, y visitar a su endocrino; y mirar muy bien lo que come hasta que se muera, para que no se muera de eso, a menos que se cure un día, que es posible pero no fácil. Pero se deben poner los medios para que la cárcel no los haga peores todavía, y mantener un control constante cuando salen, médico y relacional-emocional. La justicia civil y el sistema penitenciario tampoco solucionarán el caso de estos sacerdotes abusadores como no soluciona el de los abusadores que no son sacerdotes. Criminalizar a la Iglesia Católica, y solamente a la católica por lo que la sociedad tampoco cumple es una medida sectaria. Hay que trabajar juntos, tal vez.

Existe el perdón. El de la justicia humana y el de Dios: el solo descubrimiento del perdón en la Iglesia Católica por seguidores de otras religiones los ha llevado a la conversión de corazón al darse de bruces con la tremenda realidad de todo un Dios que perdona. Existe el perdón, y es sanador.

Hay obispos que actuaron bien, decíamos, y ahora están condenados por ocultación. Jorge Bergoglio también acogió a Gustavo Zanchetta en su casa siendo Papa Francisco para darle inmunidad diplomática y dilatar su comparecencia por casos de pederastia ante la justicia Argentina. Finalmente está cumpliendo una condena de cuatro años, pero recientemente por salud delicada se le permite cumplirla en su casa. El Vaticano le asignó como abogado a un sacerdote que vive con una mujer, fraudulento y abusador, Javier Belda, que está acusado de delitos financieros en las fundaciones del cardenal Osoro, pero que es amigo de Vicenzo Paglia, amigo a su vez del papa.

Muchos de estos obispos buenos y condenados por ocultación cuando se les mandaba hacer otra cosa por motivos de justicia y bondad son los que callan, apechugan y hacen lo que se les dice. Atónitos por lo que les ha venido encima por obedecer la antigua hermenéutica de la Iglesia. La Iglesia que ahora les juzga por haberla obedecido e impone otra hermenéutica, probablemente más justa, pero de la que quedan exentos muchos obispos bandidos por ser amigos de alguien. Es más: algunos, por ser amigos de alguien pueden seguir abusando y rompiendo el voto del celibato, como Belda, o abusando psicológicamente de sacerdotes encargados a su cuidado, como el jesuita Germán Arana.

Pero el celibato no es el problema: la cantidad de esposos y esposas infieles es mayor que el número de sacerdotes católicos infieles, que también se cuentan en mucho los ministros sagrados de otras confesiones que contraen matrimonio y son infieles a sus parejas.

La justicia en la Iglesia parece que no se aplica igual si no se tiene amigos. Tomemos ahora el caso del Arzobispo Aupetit de París, En noviembre de 2021, el semanario Le Point publicó una investigación sobre el gobierno de la arquidiócesis y sobre la vida privada del prelado. El artículo menciona varias renuncias desde la instalación del obispo, en particular la de los dos vicarios generales de la diócesis, así como sus métodos calificados como autoritarios. El semanario también evoca una posible relación íntima que Michel Aupetit habría tenido con una mujer en 2012. El 25 de noviembre presentó su renuncia en una carta enviada al Papa Francisco. Admite allí haber tenido un comportamiento ambiguo, pero niega haber tenido una relación íntima o sexual. El 2 de diciembre de 2021 el Papa Francisco acepta su renuncia al gobierno de la archidiócesis.

O tomemos un caso solo relacionado desde el punto del cambio de hermenéutica o prescripción de delitos, el del abogado miembro del Opus Dei y ex capitán auditor de Franco que redactó una sentencia de Muerte por garrote vil contra Puig Antich, un anarquista catalán por el simple testimonio de un guardia civil implicado en la muerte de un compañero, en un sitio y un lugar donde solo estaban los tres y hubo forcejeo de armas. Carlos Rey González ha estado buscado por la justicia Argentina a instancia de las hermanas de Puig Antich y requerido por la Interpol, y se autodefiende diciendo que en ese momento él obedecía y que ya ha prescrito el hecho si fuera un delito. Ha seguido hacienda de abogado tantos años, es miembro del Opus Dei si no ha fallecido ya, y ha llevado casos polémicos, defendiendo a un cura que mandó agredir a un feligrés en la diócesis de Barcelona. El ayuntamiento de Barcelona se personó en la causa contra Rey en Argentina.

Lo que hay que tener claro es que la justicia existe, y que todos deben ser iguales ante ella. La Iglesia, predicadora de la justicia y la caridad divinas ha perdido su credibilidad por no dar ejemplo, y por albergar a los perores de los malos. Está obligada a dar ejemplo a a desaparecer. Pero no solamente la Iglesia Católica, todas las asociaciones religiosas y de otro tipo que ejerzan su autoridad o ascendencia sobre otras personas, especialmente cuando su autoridad se ejerce sobre vulnerables o se basa en la confianza creada.


3- PRIMERAS DENUNCIAS DEL CASO DE MATARÓ, EN CALLE MUERTA

Aquí mostramos unos artículos sobre las primeras denuncias en su día del caso de los Maristas de Mataró, que derivaron en otras tales en otros Medios utilizando la misma información:


"Exalumnos de los Maristas de Mataró: "Los abusos sexuales se encubrían, las palizas estaban institucionalizadas" https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20190321/abusos-sexuales-maristas-mataro-valldemia-7364801

"Nueva denuncia por abusos a menores en los Maristas Valldemia de Mataró. 8 de abril de 2019"

"Dos ex alumnos de Maristas de Mataró también denuncian abusos en los años 60 22 de marzo de 2019"

 

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